Siente lo imprescindible. Que todo es imprescindible.
Que todo ocupa su lugar exacto.
No hay nada de lo que se pueda prescindir, por eso la materia se transforma, no se destruye.
No hay nada que no sea esencial, eso no puede existir. Todo, una mota de polvo, una ráfaga de viento, una inspiración, un rayo de sol. Todo, es imprescindible.
Porque todo existe, es real.
Tiene que coexistir todo junto formando una armonía, una amalgama de Amor, energía cósmica insuperable.
Cuando sentimos que esto es así y que formamos parte de ello nos damos la importancia que realmente tenemos, ni más ni menos, somos algo que tiene que coexistir con el universo, con la creación.
Pero no somos más que nadie ni que nada, somos tan imprescindibles y básicos como todo lo demás.
El ser imprescindibles no nos otorga un poder, sino un derecho de simplemente estar, de simplemente situarnos en un estado presente, de coordinación con todo lo que existe en el universo.
Debemos sentir que básicamente somos eso.
Y que nuestra transformación sigue siendo imprescindible.
Que nuestra energía siempre va a permanecer emanando flujo de Amor. De necesidad de estar permanentemente en ese lugar, en ese espacio que nos ha sido otorgado.
Respira profundo y siente como formas parte del universo, como toda la creación está a tus pies y todo el Universo por encima de ti.
Permite que ambos espacios se unan y tu quedas en el centro como algo más de la creación, siente lo importante que eres, siente que eres imprescindible, pero no irrevocable.
Meditación canalizada por María del Mar Rodilla desde los Registros Akáshicos
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