La Vida es infinita.
Es eternamente feliz, dichosa, maravillosa.
En la Vida no hay penalidades, no hay desastres, no hay catástrofes. Todo es Amor Puro.
Tenemos que ser conscientes de ello, para que cuando lo exterior nos perturbe, poder acceder a esa Vida, donde nada es imposible, donde todo está, donde todo está disponible.
Es muy importante reconocerlo, y reconocerlo desde tu Interior más profundo.
Pon toda tu atención en el centro del pecho y vete hacia lo más profundo de tu alma.
Siente la dicha, siente el Amor que hay en ti.
Es tan importante que lo reconozcas, que lo tengas muy claro, que sepas llegar a ese lugar en cualquier momento difícil, para que nada te perturbe, para que nada te altere.
Disfruta de este momento.
Vívelo con intensidad.
Encuentra el Camino de tu Vida y siente que es el que te corresponde, el que te toca vivir en estos momentos, no alteres ninguna forma que no sea tuya que no te corresponda, con la que no te sientas integrado.
Vive tu Vida tal y como la quieres vivir, tal y como tu interior te dicta.
Tu mente ha sido educada. Tu Corazón tiene inteligencia propia.
Siente cual es tu verdadero Camino, siente donde está tu verdadera Felicidad.
Siente donde está tu verdadero Amor por las cosas, por la Vida que te toca vivir, por la Vida que te corresponde y te están robando.
Siente tu propia Vida, tus propios intereses, tu propio sentido de la Vida, del Amor hacia las cosas, de la entrega más absoluta, de la dignidad más honesta.
Siéntelo desde tu interior y comienza a formar parte de TODO, de tu integridad, de tu propia historia.
¡Siéntelo!
Meditación canalizada a través de los Registros Akáshicos por María del Mar Rodilla
